FUERZA DE HERMANDAD

Una historia de hermanos sobre un conflicto de un reino dividido.
Al principio de un tiempo había una familia que creció hasta convertirse en dos grandes tribus. Y sus gobernantes en la familia del reino se enemisto.
Y debido a los deseos independentistas de sus gobernantes causaron una separación en las familias y en sus territorios.
Esto ocasionó una guerra civil e hicieron fronteras para separar a las familias. Para obedecer a sus correspondientes gobernantes. Y se posicionaron unos frente a otros en las laderas de un río.
Los gobernantes no buscaban soluciones de paz. Si no de guerra en contra de sus ex-conciudadanos.
Los dos reinos se dejaron provocar y crearon los conflictos entre sus propios conciudadanos y hermanos.
Esto sucedió entre los dos pueblos hermanos. El odio había llevado por ambos lados batallas muy sangrientas y homicidios. Justificado las muertes que se hacían al pueblo y reino enemigo, como necesarias para la causa. Causa que ni ellos conocían, ni comprendían. Y solamente a sus gobernantes y autoridades les parecía tener justificación.
Y seguían alimentando sus mentes de odio y rencor. Hasta que la violencia les hizo desear el exterminio de los unos a los otros.
Pero también entre los dos pueblos, había muchos de los conciudadanos que buscaban la paz, pero los atentados de los más radicales daban a los líderes aliento para odiarse y estos promovían la venganza para arrastrarlos a la guerra.
Algunos de los familiares emparentados buscaban la paz, los marginaban tachándolos de cobardes y traidores.
A estos los separaron por criterio separatista. Y los mataban sus propios conciudadanos y familiares en sus propias localidades. Así sin ninguna clase de oposición apoyaron sus planes bélicos que les enfrentaba a la gran y última guerra. El exterminio de sus enemigos.
Por uno de los bandos un Rey y su hijo. De muy fuerte temperamento. Que consiguió mucho prestigio debidos a las muertes que había causado en sus batallas.
Y por el bando contrario dos sobrinos del Rey. Como generales y dirigentes del reino contrario.
Se posicionaron con sus ejércitos para la gran batalla, el uno frente al otro en las laderas de un gran río que mediaba y transcurría entre sus dos ciudades. Esperando su decrecida para el enfrentamiento.
Los que representaban al Reino en oposición al rey y a su hijo, se dispusieron con un ejército muy superior. Dispuestos a esta última gran batalla.
Mientras que en el otro lado el rey hablaba con su hijo para planear una estrategia que les ayudase a resistir y continuar vivos.
El Rey comentaba; hemos estado por un período de tiempo, preocupados y culpando de todo a nuestros parientes, que no hemos progresado en nada. Solamente en rencor. Y ahora estamos a punto de ser exterminados.
El hijo del Rey le reprochaba: te advertí que debimos tener la iniciativa de la ofensiva nosotros. Y con sorpresa pudimos haberles sometido cuando tuvimos la ocasión.
Y ahora después de tanto esperar que se llegase a enfriar los deseos de matanza entre nosotros y nuestros vecinos. Ellos tienen la iniciativa de atacarnos, porque se ven más superiores. Por esto debemos planear una estrategia de contraataque, para tantear la balanza bélica hacia nosotros. El Rey aconsejaba un comité de Paz o rendición a sus parientes del ejército contrario. Pero el hijo le reprocha: Jamás nos rendiremos, nosotros tenemos los derechos legítimos y no cederemos ante unos traidores rebeldes.
El Rey cansado de tanto odio y rencor, se enfrentaba a la ira de su propio hijo. Y le dejó diciendo: excúsame por qué no me encuentro bien. Si ya estas inclinado a la guerra y tramas un plan házmelo saber antes de iniciarlo. El hijo del Rey habló con los principales de como él opinaba y estaban dispuestos a enzarzarse en esta última batalla. Los consejeros que apoyaban al hijo del rey planearon contraatacar y matar con estrategia indiscriminadamente a todos incluidos a los inocentes.
El hijo del rey después de oír las estrategias homicidas de sus vengativos camaradas. Pensó que su padre tenía razón para no desear más muertes.
El Rey aconsejó a su hijo para que se hiciese acompañar por aquellos de sus amigos vengativos, que deseaban las muertes de inocentes.
El hijo del rey le pidió a su padre una explicación diciéndole: padres estos son como camicaces y si vienen conmigo van a procurar mí muerte también.
El Rey le razonaba: lo sé hijo mío, pero sí se quedan aquí y a ti te matasen o cogiesen ellos se revelarían contra mí, para incitar a la guerra y entonces sería una tragedia mayor.
El hijo mirando a su padre con admiración le dijo: nos complacemos por todos nosotros, que tú seas nuestro Rey.
El hijo del rey y su grupo cruzaron el río y se dirigieron hacia la parte trasera de la ciudad donde residían sus primos y enemigos. Allí el hijo del rey expuso su estrategia a los que iban con él.
Yo intentaré matar los guardias y vigías de la manzana principal donde están fortalecidos mis primos. Y cuando yo os avise entraremos todos juntos y mataremos a todos los principales en autoridad, para detenerles en su ataque contra nosotros. Y así lograr la rendición
Pero antes esperemos escondidos unos días para estar seguros de la orden de batalla, por parte de ellos y si es eminente mientras me aseguró de como introducirnos hasta el congreso principal del parlamento.
Mientras que el hijo del rey afrontaba esta situación su padre el Rey pensaba en cómo evitar esta guerra y decidió rendirse.
Y el rey planea huir y dejar sin dirigentes a su pueblo, para que estos se dispersaran en sus líneas de contraataque y mantuvieran una posición pacífica.
Y para dar mayor muestra al deseo de paz, mando un delator de su parte a los parientes enemigos, para informar que detuvieran a su hijo y a sus compatriotas.
Mientras en el otro lado el hijo del rey mata a uno de los guardias y sé camuflado entre ellos. Así pudo conseguir uno a uno anular toda la guardia del edificio principal.
En la puerta principal se encontraba a un hombre muy fuerte y corpulento que parecía estar muy alerta sin fiarse de nada ni nadie.
Cuando el hijo del rey quiso engañar a este guardia.
El guardia lo sujeto e hizo dar la voz de alarma y lo redujo, con algunos de sus compañeros.
Los guardias llevaron al hijo del rey donde estaban sus primos dirigentes. Y estos le saludaron con ironía y burla. Creías que podrías acabar con nosotros.
El hijo del rey se fijó en una persona que estaba cercana a sus primos y se sorprendió. Este hombre era el consejero de su padre y estada con la cabeza agachada por la vergüenza.
Los primos del hijo del rey quisieron herirle en su orgullo y le dijeron: Si éste es vuestro consejero que tu padre ha mandado, porque se ha rendido y ha huido de nosotros. Y te ha entregado traidoramente como prueba de rendición. El hijo del rey miraba al enviado de su padre, y este le dijo: tu padre ha querido así evitar el derramamiento de sangre, entre las familias.
El hijo del rey agacha su cabeza aceptando su destino y comprendiendo que su padre quería evitar una guerra civil. Habló a sus primos diciendo: está bien, nosotros queríamos matarlos a todos vosotros los dirigentes, para evitar la avanzadilla de vuestras tropas. Y ahora sois vosotros los que tenéis en vuestras manos toda la gobernación nuestra. Ya no hay razón de un enfrentamiento que vierta mas sangre inocente. Podéis hacer una incursión pacífica y una transición de rendición a nuestros conciudadanos.
Sus primos le dijeron aun no están todos los rebeldes que vinieron contigo y permanecen ocultos. Él recordó las palabras de su padre respecto a los compinches que le acompañaban. Y confirmándolo les contesto: yo os llevaré donde están y los entregaré si prometéis que evitarais el derramamiento de sangre.
El más autorizado de sus primos dijo: esto dependerá de la disposición de tus compatriotas. Por nuestra parte la rendición tiene todos los derechos y está aceptada sin ningún reparo. Pero en estos días mientras que todos los gobernantes intentaban buscar soluciones al conflicto entre los dos pueblos, y parlamentaban de como llevar a cabo la rendición, estaba ocurriendo algo que no se esperaban.
Un hombre sobresaltado entró donde estaban todos ellos y les informó los inesperados acontecimientos. El río había decrecido y los ejércitos de ambos lados han cruzado el río y se han mezclado entre sí para contactar con sus familiares estos han permitido que toda la población también lo haga. Tanto es así que ya no se distingue un bando del otro.
Y así fue que muchos aprovechando la decrecida de las aguas cruzaron el río para estar con sus familiares. Por que no querían enfrentarse a sus parientes.
Y los tres primos y sus dirigentes se asomaron a los balcones para comprobarlo. Y se quedaron muy asombrados y desconcertados. Y cuando quisieron dirigirse y hablarles para congeniar con las gentes acontecimientos, estos les gritaban:
LIDERES DEJARNOS VIVIR EN PAZ. Y lo que parecía un desorden, era la solución al conflicto. Y a medida que intentaban comprender aquello, independientemente unos de los otros salieron y se dirigieron para unirse a la multitud de gentes. El hijo de rey sonreía alegremente. Y mirando hacia su primo mayor se dirigió hacia él y le abrazó. También él le correspondió ante todas las miradas de asombró. Cuando éste miró a su hermano le confirmaba su conformidad diciéndole: Esta es la fuerza de la hermandad.

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