DIPLOMACIA

Esto sucedió en un sueño, de una guerra entre creyentes y los incrédulos. Así aprendí sobre la diplomacia.

En un sueño, que tuve sobre una guerra, mi padre que estaba en un frente, me envió por causa de mi neutralidad al otro frente, para ver si se rendían y evitar más muertes. Mi padre se lamentaba que tuviera que ser yo quien llevase el mensaje.

Y me dispuse a explicarles el gran riesgo que corrían si no se rendían.

Por la gran superioridad, del lado en el cual estaba mi padre.
¡Porque si no, corrían el riesgo de morir todos!

Cuando comunique esta información, para intentar que se evitase la guerra. Al otro frente le fue indiferente.
Por que el otro lado planeaba un contra ataque de medidas muy eficientes: Y esto fue lo que hicieron: Huyeron hasta un terreno propicio, en una montaña de gran altura, desde donde incomunicarían al ejercito perseguidor, utilizando los medios a su alcance. El agua.

Y encauzaron el agua hacia el camino de regreso a la base, lanzando como un río, sobre el grupo de las tropas perseguidoras, precipitándolas hacia abajo, sin que pudieran remediarlo.
Yo quise llevar otro mensaje a mi padre, explicándole el cambio de la situación, y lo llevaba en forma de carta, pero a escondidas como los espías.

Lo llevé con otro que podía entrar y salir de la oficina de la organización de mi padre, para dejarlo encima de su mesa de forma visible y sin levantar sospechas.

Mi intención era volver al frente de enemigos de mi padre, para hacer de espía y poder avisarle de todas las situaciones. El hombre que me acompañaba era colaborador mío. Y nos quedamos escondidos por la parte de fuera de la tienda de acampada, y desde una ventana nos permitía ver, si mi padre se daba cuenta del mensaje y lo leía.

Cuando mi padre llega, debido a sus preocupaciones ignoró la carta. Y yo le hacia señales para que se fijase en el mensaje. Cuando mi padre me vio, salió detrás de mí con su colaborador. Y me hizo que dejara de escaparme.

Mi padre me reñía muy enfadado, aquejándose del porque, me había pasado al bando contrario. Yo le explique, que no era así, sino que ahora podía avisarles siempre a tiempo de todos los ataques enemigos, y así podrían tomar las precauciones necesarias. Ya que yo vivía como un espía entre ellos y confiaban en mi.

Yo incluso conocía los espías que vivían en el bando de mi padre, por eso aconsejé, que nadie de nosotros, debía decir nada.
Los colaboradores presentes, debían saber el propósito que yo tenia, porque hablaron con mi padre, y le aconsejaron, de modo que me dejo ir, aconsejado por su colaborador, que le hizo ver esto razonablemente.

Cuando regresaba por el camino, le pregunte a mi colaborador, que era neutral y solo conmigo era fiel. ¿Hablas un poco bien de mi idioma? Y él en mi idioma me demostró que si, que un poco si que lo entendía, y yo le dije: Cuándo vayamos al bar, de la central, tu me preguntarás: ¿Por qué tu padre se enfureció en contra tuya?. Esto era para que los que nos escuchasen, pudieran creer, que yo estaba decidido a formar parte del bando contrario de mi padre.
Y cuando yo pensaba el engaño que quería hacerles, comprendí de parte del Señor, que no debía actuar así, sino que debía usar DIPLOMACIA. Y evitar esta guerra, ya que mi situación neutral me lo permitía.

Porque era el que más podía hacer, como reconciliador. Entonces, recordé cuando los Apóstoles y profetas, predicaban a sus hermanos.
La postura de los profetas buscando con diplomacia y PAZ. Y los Nefitas cuando predicaban, a sus hermanos, los Lamanitas, para la reconciliación. (Véase el libro del mormon).

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Gracias a Dios Padre y a su hijo Jesucristo porque nos perdonan, y nos llevan a la paz y recibimos el espíritu de reconciliación.

Así es como San Pablo, llama a su ministerio, en 2 Corintos 5: 20. Que somos embajadores de Dios en sustitución por Cristo, y les rogamos a todos, reconcíliense con DIOS.

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